¿ Que es AA ?

Alcohólicos Anónimos es una Comunidad mundial de hombres y mujeres que se ayudan unos a otros a permanecer sobrios. Ofrecen la misma ayuda a cualquiera que tenga problemas de bebida y quiera hacer algo al respecto. Como todos son alcohólicos, tienen una especial comprensión entre ellos. Saben cómo se siente estar enfermo y han aprendido en A.A: cómo recuperarse de la enfermedad.

Los miembros de A.A. dicen que ellos SON alcohólicos hoy, aún cuando no hayan tomado un trago por muchos años.No dicen "estar sanados". Una vez que la persona ha perdido la habilidad para controlar la bebida, nunca más podrá volver a beber normalmente o, en otras palabras, ellos nunca serán ex-alcohólicos. Pero en A.A. se convierten en alcohólicos sobrios o alcohólicos RECUPERADOS.

Alcohólicos Anónimos es una comunidad extendida por todo el mundo, cuyos hombres y mujeres se ayudan unos a otros a mantener su sobriedad y que comparten libremente la experiencia de su recuperación con otros que puedan tener problemas con la bebida y desean solucionarlos. El Programa de A.A. se basa en Doce Pasos sugeridos diseñados para la recuperación personal del alcohólico.

Puesto que todos los miembros de A.A. son alcohólicos, existe una comprensión especial entre ellos; saben muy bien cómo se siente un enfermo alcohólico que aun bebe y han aprendido a recuperarse del alcoholismo en A.A.

Los alcohólicos anónimos continúan identificándose como alcohólicos aún cuando llevan varios años sin probar el alcohol; no dicen que están «curados». Saben que cuando una persona pierde la capacidad de controlar su forma de beber, no podrá volver a hacerlo de forma controlada. Dicho de otra manera, nunca puede convertirse en un «ex-alcohólico». Sin embargo, en A.A. puede llegar a ser un alcohólico sobrio, un alcohólico en recuperación.

Desde su fundación en 1935, millones de hombres y mujeres han oído o leído acerca de la Comunidad de Alcohólicos Anónimos. De estos millones, se calcula que hay alrededor de 100.000 grupos y más de 2.000.000 de miembros en 150 países. Gente que una vez bebían en exceso, finalmente tuvieron que reconocer su impotencia ante el alcohol, y ahora llevan una nueva forma de vida sin beber. Varios cientos de miles de alcohólicos han obtenido su sobriedad en A.A. no obstante, los miembros se dan cuenta que el programa no siempre es eficaz para todos los alcohólicos y que algunos pueden necesitar asesoramiento o tratamiento profesional.

A.A. se interesa exclusivamente en la recuperación y la sobriedad continuada de los alcohólicos individuales que recurren a la comunidad para pedir ayuda. No participa en la investigación del alcoholismo ni en tratamientos médicos o psiquiátricos, y no apoya a ninguna causa (aunque los miembros de A.A. pueden hacerlo a título personal).

La Comunidad ha adoptado una política de «Cooperación pero no Afiliación» con otras organizaciones interesadas en el campo del alcoholismo.

Alcohólicos Anónimos sé autofinancia por medio de las aportaciones voluntarias de sus miembros, y no acepta contribuciones de fuentes ajenas.

Los miembros de A.A. mantienen su anonimato personal a nivel de prensa, radio, televisión y demás medios de comunicación social.

No es una Organización Religiosa.

Tal vez su alcohólico crea que A.A. es una organización evangelista, que recalca la religión y los sermones. De nuevo, la verdad es muy diferente. A.A. se ha descrito esencialmente como un programa espiritual, y es verdad que no ofrece ayuda material, como lo haría una agencia de asistencia social. Pero no es bajo ningún concepto una organización religiosa. No pide a sus miembros que mantengan ningún credo formal o que hagan ningún rito, ni siquiera que crean en Dios.

Sus miembros pertenecen a toda clase de iglesias. Muchos no tienen ninguna afiliación religiosa. A.A. pide solamente que sus miembros mantengan una amplitud de ideas y que respeten las creencias de los demás. A.A. dice que el alcoholismo, además de ser una enfermedad física y emocional, es también hasta cierto punto un trastorno espiritual. Debido a que la mayoría de los alcohólicos no han podido manejar las cosas por sí mismos, parece que encuentran una terapia eficaz al entregar sus destinos a un poder superior a ellos mismos. Muchos A.A. llaman a este poder "Dios".

Otros consideran al grupo de A.A. como el poder en que pueden confiar. La palabra "espiritual" en A.A. puede interpretarse con la amplitud que el individuo desee. En las reuniones de A.A., uno siente, sin duda, un cierto espíritu de unión. Hay que destacar el hecho de que el único requisito para ser miembro de A.A. es el deseo de dejar la bebida. Nada más. A.A. no exige juramentos ni compromisos personales de ninguna clase. Durante sus días de bebedores, muchos A.A. hicieron votos solemnes, juramentos de abstinencia, y muchos frecuentemente lograban abstenerse ‹ sin resultados perdurables. El enfoque de A.A. es más práctico. Se basa en la idea de que cada bebedor problema, en una u otra época, ha pasado, por lo menos, 24 horas sin beber. Por esto, los miembros no se comprometen a dejar de beber para siempre, ni por ningún plazo largo de tiempo. Se dan cuenta de que hoy no se puede hacer nada respecto al trago que deseen mañana.

Los A.A. se concentran en mantenerse sobrios hoy ‹ durante estas 24 horas. Del mañana se ocuparán cuando llegue. Debido a que asistir asiduamente a las reuniones de A.A. desempeña una parte decisiva en el mantenimiento de la sobriedad, los seres queridos de un alcohólico tal vez se preguntarán dónde encajan ellos dentro del programa de recuperación. Algunas de estas personas asisten a las reuniones abiertas de A.A. Les deparan una oportunidad para participar en el viaje del alcohólico hacia una vida sana. Ofrecen también la oportunidad de ver cómo otra gente está respondiendo al reto de vivir con un bebedor problema que ya no bebe. Las reuniones de Al-Anon, anteriormente mencionadas, les ofrecen otras oportunidades para reunirse y hablar de sus problemas con gente que se encuentra en circunstancias similares a las suyas. Es probable que la mayoría de la gente, al asistir a una reunión de A.A., así como en sus contactos con miembros de la Comunidad, se impresione mucho con la frecuencia con que la gente ríe y con el ambiente de camaradería calurosa y de buen humor que existe. Esto es característico de A.A. Por lo general, los miembros toman su alcoholismo en serio, pero no a sí mismos. Una parte del proceso de recuperación es reírse de las experiencias que una vez le hicieron llorar.

Nuestro Enunciado Universal, representa la información preliminar sobre los principios básicos en que se sustenta el programa que de manera tan singular ofrece A.A. Es la primera imagen de sus proyecciones y consecuencias en la vida de cada miembro, por su carácter de primer contacto con el individuo -alcohólico o no- que se acerca temeroso, inseguro y vacilante a cualquiera de los grupos de A.A.

El Enunciado dice, textualmente:

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS es una comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia,

fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo.

- El único requisito para ser miembro de A.A. es el deseo de dejar la bebida. Para ser miembro de A.A. no se pagan honorarios ni cuotas; nos mantenemos con nuestras propias contribuciones.

- A.A. no está afiliada a ninguna secta religiosa, partido político, organización o institución alguna; no desea intervenir en controversias; no respalda ni se opone a ninguna causa.

- Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad.

Examinemos cada una de estas partes:

La palabra comunidad, aplicada a Alcohólicos Anónimos, significa agrupación, conjunto de personas, hombres y mujeres, que tienen algo o mucho en común: el alcoholismo, sus complicaciones y consecuencias en todos los ámbitos de la vida. Se trata de personas con un mismo problema de vida o muerte que se han unido por la necesidad de resolverlo juntos cada día.

De ah í que la comunidad de A.A. debe significar unión total e incondicional: unión de pensamiento, de sentimiento y de acción; unión voluntaria y consciente para vencer todos juntos a un enemigo que cada uno, por separado, jamás podría vencer.

¿Qué hacen los miembros de A.A. para resolver su problema común? Comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza.

Compartir es lo mismo que repartir, dividir, distribuir las cosas en partes iguales, equitativas. Quiere decir repartir lo mío proporcionalmente entre todos los que lo necesitan, y recibir a cambio lo de los demá s en las mismas proporciones. Porque yo también lo necesito.

La experiencia es el conocimiento adquirido en la práctica de la propia vida: Conocimiento de fracasos, frustraciones, éxitos, dolores, alegrías, etc. que han sido vividos por cada persona en las distintas esferas de su existencia.

Gracias a ese conocimiento que se llama experiencia, la persona tiene la oportunidad de rectificar, corregir, enmendar los desaciertos y errores cometidos por su conducta personal en contra de !a familia, el trabajo y ia sociedad, y tiene, asimismo, la oportunidad de ratificar y mejorar los aspectos más positivos de su personalidad, imprimiendo a ésta un desarrollo y un progreso ininterrumpido y permanente. Pero, por desgracia, no siempre la persona est á consciente de ese conocimiento experimental, y por ello no sabe aprovecharlo en la adopción de conductas distintas y mejores ante las mismas situaciones que en el pasado le ocasionaron frustraciones, disgustos, inseguridad o culpabilidad que lo condujeron de nuevo a la bebida.

Para que la experiencia funcione en realidad como aprendizaje de nuevos y más evolucionados comportamientos humanos, es imprescindible compartirla con los demás que se encuentran en igualdad de circunstancias, y analizarla en sus múltiples fases positivas y negativas.

Del examen, los comentarios e interpretaciones que todos hacen de cada experiencia, surgen importantes aspectos, consideraciones y puntos de vista desconocidos que van a constituir para la agrupación en general, y para el poseedor de la experiencia en particular, una valiosa enseñanza capaz de modificar el rumbo de sus vidas.

La fortaleza es fuerza, vigor, poder para vencer a un enemigo más fuerte que los alcohólicos si se consideran individualmente y aislados, pero más débil que ellos, si se consideran unidos con el propósito común de superarlo.

Y la esperanza constituye ese estado de ánimo en el cual se presenta como posible lo deseado fervientemente. Implica certidumbre, credibilidad, confianza, seguridad en obtener algo por mucho tiempo acariciado, que en el caso de los alcohólicos anónimos es el precioso don de la sobriedad, definida como una nueva dimensión donde se encuentra la paz mental y la tranquilidad espiritual.

Pero el único medio que hace posible la obtención de la sobriedad es la convivencia y el comportamiento de los alcohólicos dentro de una comunidad con la cual deben identificarse plenamente.

Ya con todos los medios para resolver su problema cada 24 horas, el alcohólico siente la necesidad de ayudar a otros alcohólicos a recuperarse de su enfermedad, no tanto por sus sentimientos de generosidad, sino porque descubre que sus relaciones con otros alcohólicos activos cuya decisión por dejar de beber es aún vacilante, afianzan sus argumentos acerca de la enfermedad, la abstinencia, la liberación del alcoholismo y el cambio de personalidad. El A.A. siempre está dispuesto a brindar su ayuda a los alcohólicos que lo necesiten. Y la comunidad también se responsabiliza de esto.

"El único requisito para pertenecer a esta comunidad es el deseo de dejar la bebida". Ningún miembro de A.A. puede ni debe calificar la forma de beber de otro. Cada uno sabe para sí mismo cuál ha sido su comportamiento con el alcohol y, de acuerdo, con esto decide por su propia cuenta y riesgo si necesita o no la ayuda de Alcohólicos Anónimos.

Tomar esta decisión no es fácil, porque el alcohólico tiene siempre tendencia al autoengaño. Busca constantemente motivos y pretextos que justifiquen su manera compulsiva de beber. Trata de disculparse por todos los medios posibles, para convencerse a sí mismo, y secundariamente convencer a los demás, de que la causa de sus males no esta en él sino en otros: en el trabajo, en la familia, en el medio social en general.

Lo que muchas veces sí sabe, aunque sea vagamente, es que necesita dejar de beber, a pesar que no se reconozca alcohólico, porque el alcohol ya perjudica su salud física y mental y deteriora sus relaciones interpersonales; esto hace que acepte sugerencias.

Al establecer el deseo de dejar la bebida como único requisito para pertenecer a Alcohólicos Anónimos, la agrupación deja abiertas sus puertas a todos los que quieran suprimir el alcohol de sus vidas, sin darle importancia a los problemas que su consumo ávido pudiera acarrearles. No hay entonces, selección de personas o de clases especiales que la pueda convertir en grupo privilegiado.

Sobre esta base descansa otro principio democrático que contribuye a la supervivencia de la agrupación: los miembros no pagan derechos ni cuotas, o sea que no tienen la obligación de pagar para obtener el derecho a la recuperación. Los grupos se mantienen con las contribuciones voluntarias de sus miembros, quienes aportan las sumas que pueden o desean de acuerdo a su reconocimiento a los beneficios recibidos. Los que no están en posibilidad, simplemente se abstienen de aportar, y su situación económica precaria no es impedimento para que permanezcan dentro del grupo y reciban sus beneficios.

A.A. no está afiliada a secta religiosa ni política, ni a organización o institución alguna, porque esto limitaría los alcances y beneficios de su programa de recuperación del alcoholismo, a un determinado sector de la sociedad, restringiendo su acción y su amplitud democrática. Por ello, en vez de afiliarse a otros organismos, A.A. aprovecha en su beneficio todo lo mejor que tienen éstos. De tal característica se deriva el deseo de no intervenir en ninguna controversiani apoyar o combatir otras causas, por muy nobles y humanitarias que parezcan.

A través de un visión amplía, de una actitud tolerante y de un afán de síntesis de pensamiento y acción, A.A. ha logrado obtener un cúmulo de conocimientos acerca de la enfermedad del alcoholismo y de la personalidad del alcohólico que, sumados a la experiencia de cada enfermo y a los principios científicos y espirituales de la psiquiatría y la religión, han servido para estructurar un programa de recuperación física y mental y de progreso personal; un programa que está integrado con verdades de diverso origen y que se define como una suma de conocimientos provenientes de distintas fuentes para que sirvan así, unidos siempre e integrados, a la recuperación, ya que tales conocimientos por separado no podrían funcionar eficazmente contra el alcoholismo, según las evidencias diarias en el campo de ia medicina.

Quiere decir, pues, que la recuperación integral del individuo alcohólico es el único objetivo de A.A,, lo que explica el porqué no apoya otras causas ni interviene en controversias públicas o privadas que le desviarían de su objetivo primordial en detrimento del propio enfermo.

La recuperación, tal como lo demuestra la experiencia de miles y miles de miembros de A.A., descansa sobre los pilares de la unidad y del servicio, entendidos éstos como la tarea de proporcionarle al enfermo alcohólico todos los instrumentos necesarios para que deje de beber y provoque un cambio sustancial en su vida que le permita reintegrarse a la sociedad y ya de vuelta a dicha sociedad, volver a cumplir con todas sus obligaciones, y ubicarse en el papel que le corresponde de conformidad con su oficio, empleo o profesión.

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